sábado, 15 de agosto de 2015

Capítulo 68 - "Todo por el orinal original"

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(A siete de Sevilla y contando...) Pues está muy bien. Está perfecto que quiera divertirse, distenderse, distraerse mirando el gluteo de Kiko Hernández o las intelectualidades de Vicky Xipolitaki y/o Santiago Matamoro. ¡Sexo, violencia e intrigas! La trilogía que más vende, dice la encuesta. Y claro, hizo usted de su vida un calvario, de su culo un zoológico: trabaja, paga el impuesto, cocina y alimenta el gato y esto cuando no está escapando de la falsa amenaza terrorista o de las flatulencias de su marido.

Entonces lo que quiere, yo la entiendo vieja libidinosa, es una tregua; lo que necesita usted es no pensar y para eso están la tele y los medios de incomunicación. ¿Y sabe qué? ¡TIENE RAZÓN! Según los eruditos pensar te hace libre y, entre nosotros, cuando uno es libre tiene que hacerse cargo de TODO lo que le pasa. ¡No es negocio! Ustedes ahí afuera echando culpas al que se le cruza delante y yo acá, sabiendo que todo lo que me pasa es mi responsabilidad. ¡No, señora! ¡Yo quiero poder culparla de mi desgracia a usted que vota a Pindonga! ¡O al político de turno que amarroca plata MIENTRAS YO SUFRO PORQUE SE ME DOBLÓ EL TOBILLO JUGANDO AL BADMINTON! Y quiero creer, como ustedes, que el Estado debe solucionarme la vida! ¡Garantizarme estabilidad política! ¡Seguridad económica! ¡Comodidad! ¡Wifi! ¡HDMI! ¡IPHONE E IPAD PARA TODOS Y TODAS! Y, claro está, el orden público.

En resumen y para resumir, ustedes no quieren libertad sino seguridad (lo aclaro así oscurece). Y aquí viene el giro dramático posporno del capìtulo: le confieso que ya me ando con los huevos al plato. ¡Esto de tener que ser original ES UNA TAREA INSOPORTABLE! ¡Mire mis ojeras! ¡Mis contracturas! ¡Mis pelos de carancho! Esto de ser diferente, esta BOLUDEZ de “ser uno mismo” que arengan a mansalva los libros de autoayuda TIENE SUS EFECTOS COLATERALES, pero los indignos no lo ponen siquiera en letra chica. ¡El día entero me pasé intentando escribir un capítulo original! ¡Fuera de lo común! ¡Entretenido! ¡Con puntos de giro! ¡Con interesantes ribetes! ¿Y todo para qué? Para que usted me quiera. Para que usted me acepte y diga: JA, qué graciosa la chica que busca al loco de la colina...

¡¡LOS ORIGINALES SUFRIMOS!! ¡No tenemos paz! Fuimos hijos no queridos o algo así y la necesidad de ser distintos nos atormenta noche y día. Así que si quiere un chico original, no lo quiera mucho.

Y el perogrullesco epílogo sin epílogo les dejará bien claro que no me queda nada por decir (como a la mayoría de nosotros), sin embargo aquí me tienen diciendo nada para ver si logro engañarlos y siguen siguiéndome, vitoreándome o insultándome, no me dejan sola de un portazo y entonces tendré quien me pase el orinal cuando sea vieja, ya imposibilitada de moverme (el quid de la cosa está en el orinal). No dirá que no lo merezco: ser constante en el fracaso es ya una forma de triunfo superador. (Capítulo siguiente pinche acá)

Continuará...







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