jueves, 16 de noviembre de 2017

Capitulo 148 "Carajo"

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Y a veces lloro cuando descanso en mi cama, sólo para sacar todo lo que está en mi cabeza, y me siento algo rara, canta Linda Perry en la radio... ¡Qué tema del carajo! Ella mueve la cabeza acompañando el ritmo, casi imperceptiblemente. Tiene la vista fija en el camino, las manos firmes en el volante, su pelo todavía recogido, le caen algunos mechones rubios por detrás de la oreja. El episodio de mi madre quedó atrás, por ahora, es lo que tienen las buenas compañías, hacen de la vida algo menos espantoso (y las malas ni le cuento). Doy otra pitada a lo que queda del cigarrillo y se lo paso, cigarrillo non santo. Ella agradece con un gesto de "cuando conduzco no, gracias". Abro la ventanilla y lo tiro, abanico el aire para que se vaya el humo.

Y ya sé que el relato se me está yendo al carajo que es a dónde debería irme yo pero es que ahora quiero saber, justamente, cómo carajo termina esta historieta. Y no es sino animándome a vivir y escribiéndolo luego que me voy enterando… Un suplicio, sí, pero hasta que no se deje ver el final no me voy a volver a casa. O hasta que aprenda a escribir; o a fumar marihuana, una de tres.


Yo tengo un amigo que se llama Cirilo, me dice de la nada. Las dos estamos algo bamboleantes por el efecto de la hierba mala. Ey, ey, ey, ey, ey, ¿qué está pasando?, canta jondamente la canción en la radio… Creo que andamos ya cerca del barrio Santa Cruz, deben ser las diez de la noche en Sevilla, el cielo sigue despejado. ¿Cirilo?, así se llama mi perro, respondo encuriosada. ¡Tu perro no verde jaja! (Hago una pausa perpleja) Mi perro… no verde, sí… Y es que claro, esta mujer se ha ido leyendo en el blog así que posiblemente sabe más ella de mi que yo misma; JA, pienso, la cazadora cazada, la escribidora escribida, la angustiadora angustiada. Detiene el auto frente a la colina, mi zona cero. Carajo. (Sigue)

Continuará...

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