jueves, 23 de noviembre de 2017

Capítulo 153 "Tampoco"

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Y usted es una desalmada bárbara porque la chica está en frente de mi toda sufriente y yo lo que pienso es en escribirlo y no se puede así, señora… ¡Yo no puedo seguir escribiendo a expensas de los nervios de otras personas! ¿O sí? Yo no puedo escribir todo esto. ¿O sí? Sucede que estoy justamente en la zona cero, en mi colina, en donde se me chifla el moño de la manera más chiflada y ella está tan inspiradora ahí sentadita, cabizbaja, angustiada, meditabunda y con su musculosa blanca, su pelo recogido, su existencia hecha un embrollo...

Y... Así somos las minas, le digo intentando consolarla, primero queremos al chiflado pero cuando lo tenemos ya no queremos que chifle. No me mira. Sonrío por la frase que me acaba de salir, tengo el ipad a mi lado, siento la tentación de agarrarlo y anotarla pero no. NO. ¿Y con birome en un papelito? TAMPOCO. ¿Habrá clínicas para desintoxicarse de escribir como la de Kevin Spacey para el sexo?

El televisor sigue sonando escaleras arriba. ¿Le traigo un vaso de agua? Me siento a su lado. ¿Querés un vaso de agua?, le ofrezco. Levanta la vista todavía borracha de marihuana. Me mira largo. Detenidamente. Los ojos, la boca, los hombros, el pelo. Me inhibo, desvío la vista. La escribidora observada. El personaje espabila. Mira a la autora. ¿Qué piensa?, me pregunto. ¿Qué piensa mi personaje en este momento? Le daría un beso. ¿Porque necesito un giro? ¿O porque tengo ganas de darle un beso? Ya no sé quién es el loco y quién es Jesús Quintero, le escuché decir una vez al que mira la tele en el piso de arriba. Tanto hacerse el loco se le cruzaron los cables. Se lo tragó el personaje. ¿Me tragó la escritora? ¿Me tragó porque estoy loca o porque es interesante para mi historieta? ¿Hasta dónde es capaz de llegar una con tal de seguir escribiendo? (Sigue)

Continuará...

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