CAPITULO ANTERIOR
El último día que la vi, dos años atrás, estaba enojada porque él no la había llevado a La Carbonería con nosotros a trabajar. Me relataba entre ademanes apasionaos los avatares de su relación con él. Ella no é fácil pa conviví, me había dicho él al final de ese mismo día… Se aman, se padecen, se acompañan, se abruman, se enloquecen… Y por este tipo de detalles me fui enamorando fatalmente de estos persona/jes, porque es fatal enamorarse, sobre todo para los persona/jes, señora; un escritor es como un vampiro. Y lo que no tengo deseos de saber es lo que opinan ellos dos sobre la autora.
Sigo en la cama. El sonido como de cubiertos y taza de café no se oye más. Afuera hay ruido de sillas que se desapilan, debe estar abriendo algún bar. Ella sigue durmiendo profundamente. El sol está un poco más alto. Siento como si no hubiera pegado un ojo en toda la noche. Necesito mi ipad, necesito mis lentes de sol, necesito dormir y escribir todo lo que pasó anoche porque se me va a ir… Agarro mi teléfono celular del suelo: 10 % de batería, casi muerto. Hay tantos mensajes que borraría todo al carajo. En el grupo “Cena navideña” de whatsapp me preguntan si es cierto que ahora soy lesbiana y que qué va a decir mi padre que tanto hizo por mi etc, porque claro, al compartir esto en face algún incorrecto miembro de la familia te lee cada tanto.
¿Será que ahora soy lesbiana? Se me cierran los ojos, no puedo seguir ya con esto, ni con nada. Vivir o escribir, escribir o vivir; no puedo má. Mi teléfono ha muerto y o estoy a punto... Me dejo llevar hasta su lado nuevamente, su cuerpo tranquilo se arrebuja sobre la cama y yo imagino que imagino que ella se mueve soñando conmigo. Porque uno imagina lo que le conviene; y acciona en consecuencia. La abrazo con mi mano temblorosa pero sin pedir permiso y así me quedo. Entonces entra él, que no es nada fácil pa conviví. ¿O esa era ella? Cierro los ojos fingiendo que duermo.
(Sigue)
Continuará...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario