sábado, 17 de febrero de 2018

Capítulo 221 "El quid de la desgracia"

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Y yo absorta porque la chica esta se pasea por la colina como pancha por su casa, cuasi en paños menores, picando pescaíto y boludeando con su iphone último modelo. Y Él de lo más tranquilo escucha entre risas las anécdotas que nos cuenta cuando se asoma desde la cocina. Una vez sacó a patadas a los inspectores porque querían clausurarle el complejo turístico de Mallorca, le costó 80000 euros el chiste. ¡Ochenta mil! Bueno... A mi el final del blog estaría costándome en breve 50000 pesos y una tonelada de nervios, pero quién me quita lo bailado. Su madre se dedica a eso, negocios inmobiliarios, estuvo en la cárcel por evasión de impuestos y allí empezó a escribir sus memorias. Todo esto es de pùblico conocimento asì que no estoy pecando por ponerlo acà. Conocen al Loco porque él se aloja a veces en sus casas de la playa.

Así que yo ando absorta, sí, a pesar de todo lo que había pasado en El Portil intentaba no dar el brazo a torcer, no abandonar para siempre mi sentido común. ¿Cómo puede ser esta gente? ¿Y si Ella llega a caer ahora mismo? ¿Es que la Gitana sabe de estos asuntitos de Él? ¿Es que la ingenua soy yo acá? ¿La caìda del catre? Además a Rocío no había vuelto a verla desde aquél episodio... lo dejaré sin adjetivo, desde lo que pasó en Nochevieja que para mi no era nada menor. Al parecer para ellos dos sí. Dios mío.

Seguía lamentándome por el asunto de mi mare, esperando la llamada de la chica que la cuida, angustiada por la ausencia de Ella, porque no sabìa a dònde estaba y no me animaba a preguntar, recordemos que Rocìo sospechaba de lo nuestro. Mientras comìa pecaito sentì que me iba a atormentar para siempre, esa sensación tenía, haber conocido a la Gitana era el karma de mi vida, porque no podìa dejar de pensarla. Él dijo algo interesante, me pidiò que pensara que esta situación no era para siempre, la de mi mare vieja y dependiente, y que a veces uno siente que si tuviera tiempo haría esto u aquello pero cuando se lo hace (al tiempo) termina no haciendo nada. Asentí con la cabeza, inconsolable.

Y ahì fue que sonó mi móvil, Rocío se asomó pa ver qué era lo que sonaba tan espantoso, justo mordía una zanahoria muy sensualmente porque vio usted que hay personas que hagan lo que hagan irradian sensualidad. Bueno, Rocio. Me la quedé mirando unos segundos, luego miré el display y era Ella, mi Gitana. El corazón empezó a latirme feo, me sobrevino un odio atroz, una bronca espasmódica, otra vez el mundo desaparecía porque aparecía Ella cuando se le daba la gana y dirá usted que para qué la vine a buscar si no la puedo ni ver, hete acá el quid de la desgracia, el viento de la cuestión… El Loco me miraba inquisitivo, negué con la cabeza, que no era la mujer que cuida a mi mare, le di a entender. Dudé un segundo o quizá tres. Me levanté y salí como supo hacer Él el día del arbolito de diarios(Sigue)

Continuará...

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