sábado, 17 de marzo de 2018

Capítulo 239 "Like a Rolling Stone"

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¿Decirle a alguien “te amo” e cursi?, le preguntó Él, todo meloso. Se hizo un silencio. Estaban preciosos los dos, Él es un bombón y ella, tan joven y tan bella, like a Rolling Stone, tomaba algo de una copa enorme. Me vieron un momento y siguieron con lo suyo. Aluciné. Ahí mismo me morí de regocijo, me sentí en casa; en un segundo mi miedo a la orgía, mi angustia despechada, mis nervios infieles desaparecieron porque mis beodos persona/jes jugaban a la entrevista y claro, qué otra fantasía puede tener una chica con Jesús Quintero que la de ser su entrevistada. Y el turro bien que lo sabe. Jugaba a seducirla con sus ademanes exageraos, con su mirada recia, sus climáticos silencios. Le desplegaba plumas de pavo real que a la Otra ya no. Lo curioso es que la Gitana lo admira como el primer día y es una mina preciosa, pero a Él ya no le causa atracción Esa admiración… Necesitaba de otras nuevas, renovadas admiraciones. Las nieves del tiempo le platearon el vínculo...

Ahí mismo me acerqué a una botella que había visto en el estante encastrado a la pared, Macallán 1926, decía la etiqueta, sin dejar de escuchar atentamente la agarré y me senté a observar en¿desde la oscuridad, para no desconcentrarlos. La cabeza me latía por la insolación, creo que tenía cuarenta grados de fiebre pero no había manera de corroborarlo porque para lo que menos daba ese momento, ese clima, era para llegarme hasta la mesa y pedirles un termómetro. Me aguanté estoica. Apoyé la botella en mi frente, sentí el alivio del vidrio frío sobre la piel caliente, me moría de sed, tomé un trago del pico y esto no queda nada lindo pero el whisky, irritada como tenía la garganta, me quemó hasta la coronilla de una manera que casi devuelvo hasta mis miedos inconscientes. Creo que de lo último que estaba en condiciones mi insolado cuerpo gentil era de hacer una menage a trois findeañera... pero todavía no me amedrentaba. ¡Una jartá, homre!, respondió la del pelo negro, algo tímida, ambos rieron y que tú ere una maúfa entonce, retrucó él. Súbitamente se dio vuelta, miró hacia adentro. ¿Y qué hace tu allí, niña?, vente paquí…

PD: Estoy ahora en el Quintero (teatro), en calle Cuna porque el Loco prepara una presentación del libro de no sé quién con uno que se llama Telléz, la cosa es que me acaba de hablar el abogao de mi pare porque la esposa de mi pare me dijo que no podía llevarme el caso un abogao de España, ¡que era ridículo!, aunque el Sagüino me dio varios buenos consejos y le respondí a la chica carta como él me dijo porque ella me pedía al comienzo lo que correspondía y que si le daba lo que correspondía no me iba a hacer lío y yo se lo dí y le pedí disculpas porque no tenía idea de que había que anotarla en algún lado si cuando mi mamá tenía una chica que me cuidaba de niña era como de la familia y yo nunca fui empleada ni tuve empleados entonces no sabía que se anotaba a la gente que trabaja en la casa de una pero que me pasara t (Sigue)

Continuará...

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